El modelo holandés de vivienda consiste en localizar zonas que no están habilitadas, como áreas portuarias, logísticas o antiguos almacenes, así como viviendas vacías para rehabilitarlas y ofrecérselas a los colectivos más vulnerables.
Una vez se localizan estos espacios, una empresa los rehabilita y pone viviendas en alquiler a un precio asequible. Además, este contrato de arrendamiento solo puede durar dos años para permitir la circulación y el acceso para todas las personas.
Estas viviendas van destinadas a la población con menos recursos, como los colectivos vulnerables, las parejas jóvenes o los estudiantes. A estos se les llama guardianes porque, al habitar viviendas que están vacías, impiden también su okupación.
Con este modelo, el Gobierno holandés ha logrado facilitar el acceso a la vivienda y ha reducido la okupación en un 30%. En España, el parque de vivienda social solo corresponde al 1,6%, mientras que un 13,7% de las viviendas se encuentran vacías.