La subida del precio de la luz, unido a la subida del gas y el petróleo, ha provocado que suban los precios de los alimentos.

Ahora es más caro producirlos, almacenarlos y transportarlos: solo desayunar nos sale por un precio mucho más caro que hace meses.

El jamón ha subido un 60% su precio, el café un 40%, el azúcar un 37% o el aceite un 37% más.