Con la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva a la vuelta de la esquina, los medios de comunicación están ansiosos por descubrir todos los detalles de los preparativos del que será, sin duda, el evento del año.

Tras saber cómo son las invitaciones, los rumores de que la marquesa de Griñón iba a ingresar en una clínica para adelgazar (y la polémica que se ha generado sobre este asunto) y, por supuesto, la ruptura y reconciliación de la pareja (recordemos que volvieron a estar juntos hace apenas 6 meses), la hija de Isabel Preysler y su prometido han acaparado toda la atención de la prensa.

"Te presionamos mucho", reconoce una de las redactoras que entrevista en plena calle a Tamara Falcó, que está a punto de montarse en la moto con su novio. "¿Vosotros qué créeis?", pregunta ella, eso sí, con una sonrisa. "Un poquito, un poquito", dice con cierta ironía.

"Bueno, Tamara, hija mía, un poco saturada de todo, ¿no?", le dice otro periodista en otro momento diferente. "Todo bien, gracias", responde ella, simpática, como podemos ver en este vídeo de Aruser@s.

Para Alfonso Arús, la aristócrata "debería agradecer la persecución de la prensa"."Es lo único que mantiene con vida el impasse hasta el 8 de julio, porque de lo contrario, esto estaba absolutamente finiquitado. El día en el que no haya nadie esperando en el momento que se ponen el casco, da el asunto por muerto", opina. "Tamara debería cada mañana a los periodistas llevarles un poquito de jamón del que va a servirles en la boda", concluye.