Con este vídeo viral emitido en Aruser@s hemos aprendido dos cosas: la primera, es que los perros no siempre quieren jugar, y la segunda, es que las tortugas a veces tienen una velocidad completamente endiablada.

Al menos, eso es lo que ocurre con este galápago, que persigue a un can por toda la casa con la intención, cree Alfonso Arús, de jugar, aunque nosotros no lo tenemos tan claro... ni el pequeño peludo tampoco.

Como quien huye de un asesino en serie, el perro corre y ladra para intentar intimidar a su perseguidor, pero no consigue zafarse de él. "Está sacando su peor carácter y la otra sigue corriendo mientras él va retrocediendo", observa divertida con la situación Angie Cárdenas.