La reina Isabel II lució una tiara de diamantes y rubíes durante la visita de Donald Trump que podría tener un mensaje oculto.

Esta corona, creada por la Casa Garrard en el año 1973, tiene rubíes de origen birmano, utilizados por esta cultura para protegerse del mal, los enemigos y las enfermedades.

Un usuario de Twitter recordó que la casa de joyas explicó 2018 que esta tiara es "una pieza simbólica(...) que te protege del mal y las enfermedades".

Sin embargo, otros internautas señalaron que solo se trataba un gesto de amor a su marido, ya que la corona fue un regalo de bodas.