La vaca, embarazada y herida de una pata, se había quedado sola a 2.000 metros de altura en Los Pirineos. El animal fue incapaz de bajar con sus compañeras al final de la temporada de verano y tuvo que permanecer en la montaña sola, durante tres semanas. "Un hecho insólito", asegura Javier Ricou.

Su dueño subía cada día para alimentar y curar a la vaca, según explica el colaborador de Aruser@s, pero había sido incapaz de bajarla. Al final, han tenido que rescatarla los efectivos del Grupo de Rescate en Montaña de los Bomberos. "Podemos decir que gracias a ellos hoy está viva", asegura.

Ahora, el animal se encuentra en el establo recuperándose de su herida. "Si no es por esa operación rescate la vaca muere", afirma Alfonso Arús.