Mientras los colaboradores de Aruser@s analizan lo accesible que es volar un dron y todo lo que conlleva, María Moya desvela una anécdota que vivió este verano cuando su vecino de arriba en un apartamento turístico decidió volar su dron y posarlo en la ventana de Moya.

La colaboradora cuenta en este vídeo cómo se sintió en ese momento y asegura no saber qué habría hecho si en ese momento supiese de la existencia de una empresa que se dedica a 'matar' drones.

Angie Cárdenas explica que la mayoría de gente que vuela un dron "no tiene licencia" y Sebas Maspons inventa un nombre para esta empresa que se dedica a 'matar' drones: "Pedazo de cadrón".