La sorpresa y la alegría son más que evidentes en el rostro de esta pequeña niña cuando se pone por primera vez unas gafas que le permiten ver con claridad a sus seres queridos. Un mundo completamente diferente al que había conocido hasta entonces se despliega ante sus ojos.

Aunque en un principio se extraña y no quiere ponérselas al comprobar que su visión es nítida y clara como nunca antes en su vida, la pequeña se acostumbra y no quiere quitárselas.

Con atención, observa todo lo que ve a su alrededor, sobre todo a sus familiares, de quienes casi no puede apartar la mirada. Una imagen conmovedora.