Si hay algo a lo que nadie puede negarse en esta vida es a cumplir el último deseo de un ser querido que acaba de fallecer, aunque se trate de algo tan poco común como lo que podemos ver en este vídeo. Este hombre, un apasionado del mundo del motor, quería participar en una última carrera ilegal antes de descansar para siempre en el cementerio, y sus más allegados se encargaron de hacer realidad su sueño.

Montado en un coche fúnebre y ya en su ataúd, este hombre se embarcaba en el que sería su último viaje sobre la faz de la tierra. "Han demostrado que pueden darle bien al acelerador y al gas con el muerto detrás" comenta Alfonso Arús con sus colaboradores.

Varios automóviles participan en esta singular competición con el fin de que su querido amigo cumpla su ilusión de correr por última vez sobre el asfalto de la carretera. Un emotivo encuentro que sirvió también de despedida para todos aquellos que compartieron su pasión por los coches en vida.