En contra de la solicitud que el padre de la artista realizó durante el mediático juicio en el que la artista denunció estar "explotada por su familia", Britney Spears no tendrá que volver a declarar debido al trauma que aún sufre tras todo lo vivido durante los 14 años que duró la tutela legal. Es lo que ha determinado este miércoles la jueza de la Corte de los Ángeles, Brenda Penny, quien ya se encargó de supervisar todo el proceso legal por el que el pasado otoño se puso fin a la tutela de la cantante ostentada por su progenitor, Jamie Spears.

Por su parte, Mathew Rosengart, el abogado de la estrella del pop, asegura que tener que responder a preguntas relacionadas con el caso no haría otra cosa que volver a traumatizarla.

Los presuntos abusos financieros del padre de Britney

El caso sigue aún hoy su curso, ahora con la investigación de las cuentas de su padre que, según Rosengart, podría haber ganado hasta seis millones de dólares de manera fraudulenta. Durante la audiencia en el que se puso fin a la tutela, el abogado de la cantante aseguró estar convencido de que Jamie y diversos empresarios y abogados se aprovecharon de la situación legal para enriquecerse con el éxito de Britney, sometiéndola a un férreo control en el que la cantante carecía de acceso a sus cuentas y no tenía potestad para decidir sobre sus propios proyectos.

Nuevas declaraciones

El caso dio un nuevo giro tras la publicación en el diario The New York Times de un reportaje con testimonios de tres personas que habían trabajado para la cantante. En él, los trabajadores declaraban que Jamie, además de colocar micrófonos en la casa de Britney, interceptaba sus mensajes y llamadas, incluso las comunicaciones con su propio abogado.

La justicia de California, que al parecer desconocía por completo estas prácticas, ha obligado a que el padre entregue una declaración y toda la documentación que concierne a la tutela antes del próximo 12 de agosto, con el fin de esclarecer todos los hechos.

Lou Taylor, antigua representante de la cantante y su socio, Robin Greenhill, ambos sospechosos de firmar contratos en contra de la voluntad de la artista con el objetivo de enriquecerse, también están llamados a declarar en este proceso judicial.