"Cuando llegas, dices, 'pero, ¿qué cheto?'", bromea Sebas Maspons con un chiste que le ha valido las burlas y las críticas de sus compañeros. Pero lo cierto es que está más que bien traído para la ocasión.

Alfonso Arús presenta a espectadores y colaboradores de Aruser@s el Cheeto más grande del mundo, una escultura que se encuentra en una pequeña aldea canadiense y que tiene nada más y nada menos que 5 metros de alto.

La estatua ha sido objeto de admiración para los tertulianos, que han fijado su atención en un curioso detalle: el característico color naranja que se queda impregnado en los dedos cuando comes este aperitivo. "La textura del Cheeto es perfecta, dan ganas de morderlo", asegura Òscar Broc.