En un aeropuerto de Berlín han encontrado un método, hasta ahora inusual, para reducir el estrés de los viajeros antes de volar. Su sistema es muy sencillo y para llevarlo a cabo no hace falta saber yoga ni implementar técnicas de mindfulness. Solo hay que abrazar a un perro de terapia. O a varios, ya que estamos.

Estos canes están ubicados en las salas de salida y su función es dejarse acariciar y recibir mimos de los pasajeros que así quieran hacerlo. "Distraen a los niños y a quienes sufren ansiedad de la perspectiva de subirse al avión", explica Alfonso Arús en Aruser@s.

"Yo creo que a los adultos, ni con el perro se nos quita el miedo", se teme el presentador. Ellos tendrán que conformarse con los típicos cursos de relajación.