'Zazza, el italiano' se desplaza hasta la Cañada Real, donde es testigo del contraste entre esa zona y unos edificios que se ven a lo lejos. "Es sorprendente que podemos ver unos edificios nuevos muy buenos, y a menos de un kilómetro están estas chabolas. Se puede apreciar desde aquí arriba muy bien las condiciones", expresa Zazza desde lo alto de una colina.

Allí, habla con un grupo de jóvenes de 20 años que viven en la Cañada Real, quienes cuentan que viven "con limitaciones". "Yo con siete años ya veía cómo sacaban una pistola, disparaban, venía la Policía, dejaba las balas colocadas y todas las pruebas", recuerda uno de los jóvenes, que expresa que es algo que ha acabado "normalizando", algo que considera que "es malo para la conciencia de un niño".

Sin embargo, el joven también destaca que haber nacido allí "también tiene muchas cosas buenas": "Siempre hay mucha gente y todos nos llevamos muy bien; a la que sales a la calle, ves a gente", expresa, a lo que añade que "en un edificio sales a la calle y no conoces a nadie". "Es cierto que también ha habido dificultades, porque cuando iba al instituto la gente iba con libros, y yo me lo podía permitir, pero poco a poco", recuerda.