Varios asistentes al macroconcierto que se celebró en el Madrid Arena la noche de Halloween del año 2012 consiguieron sacar a Katia, Cristina y Rocío de entre la multitud después de aquella avalancha, pero las tres llegaron en parada a la enfermería del doctor Viñals. El médico, de 77 años, era el encargado de aquel 'botiquín', como muchos de los testigos lo definen, y para que la ayudara contrató a su hijo.

Las tres chicas fallecieron sin que ninguno de los dos les hiciera siquiera una reanimación cardiopulmonar. Cuando llegó el SAMUR, tiempo después, se encontró a Simón Viñals a las puertas de aquel cuarto, sin hacer nada por salvar la vida de las jóvenes.

"Las pobrecitas que llegaron a la enfermería, las tres fallecieron, y las dos que fueron a la calle, Belén y Teresa, por lo menos las recuperó el SAMUR, aunque posteriormente fallecieron las dos. [...] Pero si hubieran ido a la enfermería, como allí no hubo asistencia de ningún tipo...", cuenta abogado de la familia de Belén Langdon en la causa del Madrid Arena, en Anatomía de...

"Bueno, yo he visto imágenes, creo que es ella. La llevan en brazos. Pero, claro, tienen que buscar la enfermería, [...] ahí había un cubo para vomitonas y no había ni siquiera agua", narra Isabel de la Fuente, madre de Cristina Arce, una de las chicas fallecidas que llegó a la enfermería. "Según me han comentado, el doctor Viñals dijo 'toda la noche atendiendo a borrachos y ahora me traen esto'. Lo dijo cuando llegaron Katia, Cristina y Rocío, que son las tres pobres que tuvieron la desgracia de caer en sus manos".

Según de la Fuente, Viñals "no tenía ni idea de lo que había que hacer. No sabía hacer una reanimación cardiopulmonar. El doctor Viñals será mucho doctor, pero se ha dedicado a fundar el SAMUR y a ser un burócrata, no a ejercer la medicina". "Y además, es que una reanimación cardiopulmonar requiere de una fuerza que este señor no tenía, claro", sentencia.