Once meses después del robo del Códice, Joaquín, el organista, llama a la Policía de madrugada para decir que alguien había metido el Códice Calixtino para inculparle. Se creía objetivo y cree que alguien lo había aprovechado para meter allí el Códice.
"Estaba todo muy desordenado, un colchón medio roto... y en un altillo escondido estaba una copia del Códice que valía 2.500 o 3.000 euros", ha explicado Luis Rendueles. El eclesiástico había robado esa copia con anterioridad: "En su delirio lo había convertido en el original. Nos confesó que lo había robado, según él, para tener 'un recuerdo'", ha explicado el juez José Antonio Vázquez Taín.
El amante de Bacon y el cerebro de la banda de ladrones
¿Se conocían la víctima y el principal sospechoso del robo de los cuadros de Francis Bacon? Capelo y Caballero, dos habituales del bar 'Cock'
Cristóbal García Caballero, el principal sospechoso del robo de los cuadros de Francis Bacon, asegura que no conocía a José Capelo, propietario de las obras y amante del pintor. Pero ambos frecuentaban los mismos sitios de moda de Madrid.