Once meses después del robo del Códice, Joaquín, el organista, llama a la Policía de madrugada para decir que alguien había metido el Códice Calixtino para inculparle. Se creía objetivo y cree que alguien lo había aprovechado para meter allí el Códice.
"Estaba todo muy desordenado, un colchón medio roto... y en un altillo escondido estaba una copia del Códice que valía 2.500 o 3.000 euros", ha explicado Luis Rendueles. El eclesiástico había robado esa copia con anterioridad: "En su delirio lo había convertido en el original. Nos confesó que lo había robado, según él, para tener 'un recuerdo'", ha explicado el juez José Antonio Vázquez Taín.
El Ministerio de Cultura supervisaba las cuentas
La UCO de la Guardia Civil afirmó que la SGAE desvió 47,6 millones de euros
La periodista Eva Lamarca explica en este vídeo cómo se movía el dinero entre la SGAE, la SDAE y las diferentes empresas del entramado. En el sumario del caso aparecían reflejadas "habitaciones de hotel, relojes de lujo y una factura de 66.000 euros de un gimnasio"