El periodista de la cadena Ser Alfonso Ojea explica que "el Madrid Arena era un sitio abierto al inicio" y, eso luego se cubrió mediante una obra espectacular". "Desde entonces no tuvo licencia", destaca Ojea, que afirma que "se construyó y se comenzó a explotar alquilándolo a empresarios de todo tipo y siempre sin licencia". "Es verdad que el Ayuntamiento alegó que como institución pública no tenía que tener licencia porque era suya y operó durante años sin licencia", detalla el periodista, que cubrió continuamente el caso Madrid Arena desde el primer día de los fallecimientos de las niñas.

Pero, ¿cómo puede ser que en un edificio propiedad del Ayuntamiento de Madrid se celebren fiestas sin licencia? "Eso solo podía suceder porque había una connivencia entre el poder político y el empresario en cuestión, que es Miguel Ángel Flores", destaca el periodista, que detalla que "Miguel Ángel Flores es un empresario de la noche madrileña que tenía y todavía tiene numerosos locales". Además, Ojea declara que Flores "gestionaba el Madrid Arena como si fuera suyo". "Era el empresario bandera en el Madrid Arena, el empresario deseado por el Ayuntamiento de Madrid y por sus altos cargos para que explotara comercialmente ese espacio de ocio y de conciertos", destaca el periodista.

Y es que según el diario El Mundo, Miguel Ángel Flores, más conocido como MAF, podía saltarse la ley a la torera porque tenía un contacto en el Ayuntamiento de la capital. Algunas informaciones apuntan a que Flores sería amigo personal del vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva. "Sus locales de copas, algunos, se usaban para la celebración de los cumpleaños de los cargos públicos de Alberto Ruiz-Gallardón", explica el periodista, que afirma que "por lo tanto, la relación que mantenían determinados cargos públicos del Ayuntamiento con Miguel Ángel Flores iba mucho más allá de la pura relación mercantil o económica".

"Miguel Ángel Flores era el propietario de la empresa Diviertt, la encargada de organizar la fiesta de Halloween de 2012. Además, el empresario nocturno gestionaba tres festivales de música y más de siete salas en Madrid entre ellas la mítica Macumba.