Entre los diez jugadores sin discapacidad que competían en la Selección Española de Balonceto para los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000 se encontraba Carlos Ribagorda, un periodista infiltrado que publicó un artículo en la revista 'Capital', haciendo estallar la polémica. Así lo relató él mismo en Onda Cero un mes después del escándalo, tal y como podemos ver en el vídeo principal de esta noticia.

Un mes antes, los periódicos de Alcalá y 'Gigantes del Basket' ya habían dado la noticia, sin llegar a tener repercusión de ningún tipo. Quique Peinado, redactor de 'Gigantes del Basket' en aquella época, achaca esta diferencia a que en su medio no se contó con demasiado convencimiento esta noticia. Además, "cuando cuenta la historia desde dentro, resulta que había un periodista infiltrado... claro, es que eso es golosísimo para todo el mundo. Eso es una película", explica.

"Para pasar inadvertidos al llegar a Barajas, nos dijeron que nos dejáramos barba y fuéramos con gorra y gafas de sol para que nos nos reconocieran", contaba Ribagorda en el 2000. Sin embargo, la figura del periodista, que ha rechazado dar su testimonio para 'Anatomía de...', ha sido cuestionada en numerosas ocasiones.

"Todos tenemos serias dudas de que realmente fuera un periodista infiltrado y que llevara trabajando en ello desde el Mundial de Brasil 98", afirma otro de los redactores de 'Gigantes del Basket', Antonio G. San Martín. Fernando Martín Vicente, presidente de la Federación de Deportes para Discapacitados Intelectuales en el 2000, negó tajantemente que se tratara de un topo. "¿Infiltrado de una revista que lleva tres número y que lleva tres meses en el mercado? ¿No será que ha encontrado una difusión y una publicidad muy fácil y muy barata?", se preguntaba. "Lleva dos años con nosotros, ha firmado todos los documentos que tenía que firmar. Si es periodista y es tan inteligente, ¿cómo no ha dado marcha atrás antes?".

Para Javier Vega, el entrenador del Club Baloncesto Alcalá en esa época, si su infiltración fuera cierta, lo más normal es que "hubiera tirado de la manta antes". "Es uno más, uno de los diez sin discapacidad", concluye.