Tras el atentado fallido contra José María Aznar, que ETA había preparado durante meses, la banda terrorista emitió una "autocrítica" evaluando su actuación. El documento recogía cómo habían tendido el cable conectado al coche bomba y aludían al portero de un edificio de la calle que definían como "extremadamente cotilla" y que "siguió el cable hasta el contador de luz".

Ese portero era José Montero, conserje en la calle José Silva en abril de 1995. José recuerda en 'Anatomía de...' cómo descubrió el cable al salir a tirar la basura y siguió uno de los extremos, que llegaba hasta unos contadores de luz. "Lo tenían tirado entre las ruedas de los coches y el bordillo", recuerda.

Si hubiera seguido la parte más larga del cable, habría comprobado que este estaba conectado a un coche, el que contenía la bomba. De hecho, José recuerda que su hijo pequeño, que entonces solo tenía dos años, incluso llegó a jugar con él: "Salíamos allí a la puerta y él tiraba del cable, lo cogía", cuenta. Puedes escuchar su relato en el vídeo.