Cuando los miembros del SAMUR llegan al Madrid Arena avisados por el 112, la sorpresa es total. La llamada del doctor Antonio Sanjuán a su compañero de la central demuestra su perplejidad ante lo que se encuentra allí. "Tenemos cinco paradas a la vez de una fiesta, de una macrofiesta, por una avalancha. Ha llegado Lucas y ha encontrado a una y yo he llegado al botiquín y he encontrado tres paradas sin asistir", se le escucha lamentar en el audio telefónico. "El médico que estaba ahí atendiendo era el doctor Viñals", dejaba claro en esta llamada.

El médico no podía creer lo que estaba sucediendo ante sus ojos, y más teniendo en cuenta que allí mismo se encontraba su hijo. "Mi hijo está aquí metido, que tengo un cabreo de la hostia", decía indignado.

Para Pepa Siñeriz, abogada de la familia de Cristina Arce "el SAMUR es el único héroe que hay en el Arena". "Trataron de hacer todo lo posible por sacarlas de la fibrilación ventricular, la parada, la asistolia... todo. Estuvieron más de 50 minutos y ellos mismos estaban horrorizados de ver lo que vieron allí".

"A las 04:16 de la mañana, el SAMUR llega al botiquín y lo primero que encuentra es al doctor Viñals en la puerta. Y nuestra pregunta o la que yo le he hecho siempre es: ¿y quién atendía a Cristina?". La respuesta es "nadie".

Cristina llegó a la enfermería en un estado de fibrilación ventricular con parada cardiorrespiratoria, según los informes del SAMUR. Estaba viva. "En una fibrilación ventricular, lo que nos han explicado es que el corazón funciona, es decir, no estás muerto, pero funciona de forma desordenada. Y para ordenar esa fibrilación, lo que hay que hacer es ponerle las palas de un desfibrilador". Las palas estaban sin usar.

"Cuando llega el SAMUR, las tres víctimas que están en el botiquín están vestidas. Luego, nunca nos creímos que nadie les hubiera puesto las palas, salvo el SAMUR, obviamente. Hasta pasadas las cuatro de la madrugada, nadie intentó reanimarlas. Ni siquiera se le hicieron las maniobras básicas ni mínimas que se tienen que hacer. A ninguna de las tres. "No hacen ni la intención siquiera de acercarse a ellas para ver en qué estado están", lamenta la abogada.