La Policía registró la casa de Manolo Casteñeira tras numerosos indicios que indicaban que podía ser el ladrón del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Cosmpostela. El que fuera el electricista de la Catedral había sido despedido siete años atrás, pero seguía yendo al templo diariamente. Para su sorpresa, al entrar en una zona 'privada' del religioso en su propia casa, a la que no podía acceder ni su familia, hallan decenas de miles de euros en metálico y anotaciones en las que dejaba claro que los había sustraído de la propia Catedral.

Al registrar su casa de Sanxenxo vuelven a hallar miles de euros. Sin embargo, no aparece el Códice. La Policía temía que lo hubiera quemado. Sin embargo, en un momento da un giro la investigación: el hijo pide al padre que hable y la Policía amenaza al joven con detener a la joven si Monolo no habla.

"A este chico le genera mucha inquietud, y a la mañana siguiente pide hablar con el jefe", ha explicado la Policía. En ese momento, el hijo de Manolo informa a la Policía de la existencia de otro garaje que no estaba en el catastro y que era desconocido para las autoridades. Allí, aparentemente tampoco había rastro del Códice, pero había un saco de pienso sin registrar. En su interior estaba el Códice envuelto de papel de periódico.