Cristóbal García Caballero. Es el nombre del principal sospechoso del caso de los cuadros robados de Francis Bacon en Madrid en 2015 y sobre el que los periodistas de El País se pusieron tras la pista en cuanto la Policía, cumpliendo su deuda, se lo desveló. El sospechoso estaba entonces en libertad con cargos después de haber sido interrogado por los agentes. Era el momento de montar el operativo periodístico.

"Aparcamos justo enfrente de la puerta y José María (Irujo) y yo nos quedamos en el coche y esperamos a que saliera Cristóbal", rememora Luis Magán, subjefe de fotografía de El País de 1993 a 2017, en Anatomía de... "Salió muy precipitadamente, abrió la puerta del portal y salió precipitadamente. Parecía que le iban siguiendo. Yo me quedé en el coche y José María salió detrás de él, corriendo", cuenta.

José María Irujo, jefe de investigación de El País, retoma la narración en este punto. "Corrí tras él, lo abordé en la calle y lo paré. Empecé a hablar con él, me identifiqué. 'Soy Irujo de El País. Queremos hablar contigo. Sabemos que estás en la trama de este robo. No queremos perjudicarte. Queremos tu versión. Danos tu verdad. Nos gustaría hablar contigo'".

El sospecho, aunque asustado, accedió a conversar con ellos, pero en su casa. "Tenía un frigorífico rojo antiguo, precioso. La cama al borde del suelo. Un par de cuadros interesantes. Bien. Un sitio agradable, bonito", describe Irujo. Para Magán, García Caballero es "un tipo totalmente seductor". "Es muy atractivo", insiste. "Él se presenta como marchante de arte y empezamos a hablar".

Como dos policías, le interrogan durante horas. "No tengo nada que ver con esas personas. Yo soy inocente. Esa cámara que alquilaron, utilizaron mi nombre y mi segundo apellido", se exculpó haciendo referencia a la pista que había llevado a la Policía hasta él. "Yo, en el último sitio donde iría a vender unos cuadros tan importantes de los Bacon es a peritos del Rastro. No tiene ni pies ni cabeza", seguía argumentando

"La gran arma de este hombre era su capacidad de embaucar. O sea, que de verdad que nos seducía. Vuelvo a repetir que era un tipo muy atractivo, era un tipo muy seductor, tenía un don de palabra muy interesante en ese mundo", vuelve a remarcar Magán.