El nuevo sistema eléctrico que el Ejecutivo de Mariano Rajoy quiere poner en marcha ha provocado un lío tremendo. Lo que iba a entrar en vigor el 1 de abril se retrasa hasta junio y, a estas alturas, a tres meses hay caos reconocido incluso por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.   

No se sabe ni cuántos nuevos contadores inteligentes hay instalados a estas alturas. Supuestamente deberíamos llegar a los siete millones a finales de año, un 35% del total, pero no se sabe a ciencia cierta, cuántos hay ya. 

No solo eso sino que tampoco se sabe de qué tipo son los que están instalados, ni siquiera cómo están conectados a la red los que sean que ya estén en funcionamiento. Para averiguar todo esto, la CNMC ya ha mandado sus preguntas, sus requerimientos a las comercializadoras eléctricas, pero hay más dudas que genera este nuevo sistema.    

Existe temor porque es posible que las empresas que comercializan, las más importantes decidan, todavía tienen tiempo, hacer sus propios contadores personalizados. Esto sería caótico porque la competencia no podría utilizarlos, es decir se cargarían la libre competencia de un plumazo.    

Y por otra parte, el alquiler de los equipos, de los contadores. Alquilar uno nuevo inteligente es considerablemente más caro que alquilar uno digital, hasta un 40% más caro. Esto, que advierten las asociaciones de consumidores, viene a demostrar que las eléctricas al final van a acabar haciendo más caja, sí o sí con este nuevo sistema.

Según plubica 'El Confidencial Digital', después de las últimas subidas en las facturas, ahora hay que preocuparse por otra más que puede caer. Una cuota fija mensual por conectarse a la red. Exactamente lo mismo que ocurre con las compañías telefónicas.    

Esa cuota fija mensual no tendría nada que ver con la potencia que tengamos contratada o con el consumo, sería como una especie de peaje solamente por tener luz. 

¿Esto por qué viene ahora?, pues porque después de las subidas del último año, los consumidores han empezado a ahorrar, o por lo menos a intentarlo: o bien bajando la cuota fija, es decir la potencia que contratamos o bien a través del consumo, o haciendo las dos cosas.    

Esto significa que las eléctricas están notando que ingresan menos y quieren poner remedio. De ahí, que según este medio, se encuentren poniendo sobre la mesa incluir un nuevo elemento en la factura.    

Una factura que quedaría, si finalmente prospera, de la siguiente forma: pagaríamos por la potencia que contratamos (el fijo que ha subido espectacularmente en los últimos meses, al margen de la luz que consumamos), por otra parte, nuestro consumo y duro y por último, la cuota fija mensual de conexión a la red.

Esta cuota se pagaría independientemente de lo que consumamos y de lo que tengamos contratado de potencia en casa. Todo esto para garantizarse que, a pesar de lo que queramos ahorrar, ellos no pierdan ganancias.