"No eran esclavos, venían voluntariamente", son las palabras sobre los presos de Santiago Cantera, el prior del Valle de los Caídos, en una entrevista para Página 12 recogida por Religión Digital.
En ella, habla de la actualidad y asegura que "en el tema de las exhumaciones se han reabierto muchas heridas" y que "todo se ha revuelto mucho en los últimos tiempos por finalidades políticas". Eso en cuanto a la exhumación de Franco, pero es que Cantera dice más.
Sobre los presos políticos del Valle de los Caídos que construyeron el complejo en Cuelgamuros asegura que "no eran esclavos", que aquello "no era un campo nazi" y que allí iban "voluntariamente". Y para justificar sus palabras aporta argumentos: dice que "allí comían cerdo cuando nadie podía comerlo y redimían las penas con el trabajo bien pagado que tenían".
La verdad es que, en total, 20.000 presos políticos participaron en los años 40 y 50 en la construcción del Valle de los Caídos, que duró 18 años. Todos ellos estaban sometidos a las normas del Patronato Central de Redención de Penas por el Trabajo.
Compensaban dos días de pena por cada uno de trabajo, se encargaron de construir la carretera de acceso, perforaron la roca con dinamita y lo construyeron. Cobraban 50 céntimos de las 14 pesetas que debían cobrar y había una clasificación de los prisioneros al estilo nazi: por ejemplo, era obligados a coser en su ropa botones de distintos colores (los nazis lo hacían con triángulos) para diferenciar las penas. Así, los vigilantes podían identificar fácilmente quién había sido condenado a muerte y quién solo a unos años entre rejas.
Entre esos presos había algunos ilustres como Gregorio Peces-Barba del Brio, progenitor de uno de los padres de la Constitución; o el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, que consiguió fugarse.
En esas obras murieron 15 personas, y otros tantos a posteriori por las enfermedades pulmonares. Isaías Lafuente, periodista y autor de 'Esclavos por la patría' desmintióen el siguiente vídeo de Más Vale Tarde los argumentos del prior.