La catedral de Notre-Dame, todo un símbolo de la cultura francesa, europea y mundial, ha pasado a ser historia debido al incendio que se declaró este lunes hacia las 19 horas.

Entonces, las llamas y la gran humareda comenzaban a verse desde muchísimos puntos de París. Y es que el fuego, que al parecer comenzó en las obras de restauración cerca de la emblemática aguja, se extendió muy rápido. Las llamas empezaron a subir por los andamios y el difícil acceso, la altura y las altas temperaturas complicaron las labores de extinción.

Uno de los peores momentos, que provocó el asombro y la tristeza de todos los allí presentes, fue la caída de la mítica aguja que, pasto de las llamas, se derrumbó. Junto a ella también han quedado destrozadas la cubierta, parte de la bóveda e, incluso, el techo. Unas imágenes difíciles que cuesta contemplar.

Esta tragedia ha supuesto uno de los momentos más dolorosos que ha vivido París. Un dolor que demostraron sus ciudadanos y los turistas en una vigilia en los alrededores de la catedral para despedirse del monumento más emblemático de su ciudad.

Con el paso de las horas, han ido llegando las imágenes del antes y el después de una catedral que unos conocieron y que otros muchos no van a poder ver, al menos, como lo que fue, esa joya de la cultura gótica que sobrevivió a varias guerras.

El presidente Macron ya prometido que la reconstruirá y, desde entonces, las muestras de solidaridad no han tardado en llegar. Organizaciones, grupos empresariales y hasta el presidente del Parlamento Europeo han anunciado grandes donaciones para colaborar con las labores de reconstrucción.