En Berlín, Alemania, son 8.000 taxis frente a 1.000 vehículos de VTC. Allí la regulación es dura: equipara los VTC con los taxis porque todos los conductores necesitan obtener una licencia de transportes de pasajeros y sus empresas precisan una concesión de taxi.

En Francia la proporción es de 60.000 taxis frente a 26.000 vehículos VTC y allí los conductores de estas plataformas deben pasar un examen y tienen prohibida la geolocalización.

En Italia la proporción se invierte: hay 40.000 taxis frente a 80.000 vehículos VTC, el doble. El motivo, una regulación bastante laxa con este tipo de vehículos: con licencias baratas y pocas reglas y controles. Allí también se han sucedido las huelgas de taxistas.

La penetración de las VTC es aún mayor en Reino Unido donde la proporción es de 60.800 taxis frente a 210.300 licencias de VTC. Es una modalidad de transporte muy extendida y tan normalizada que está regulada por la misma autoridad que vigila el transporte público.

Por su parte, en Portugal 13.000 taxis conviven con 3.000 VTC. Allí han aprobado la conocida como 'Ley Uber', que establece que las empresas VTC paguen un 5% del precio de cada trayecto al Estado. Un dato: en Bulgaria, Dinamarca y Hungría Uber no puede operar por la prohibición expresa de sus gobiernos.