Según las primeras estimaciones, el presupuesto español se pasaría "unas décimas" del déficit del 1,8% pactado con Bruselas para 2019. Nada que ver que con las cuentas italianas, que triplican su déficit y lo disparan hasta el 2,4%: son ocho décimas más de lo acordado con Bruselas.

Además, el gobierno italiano no tiene previsión de realizar ningún ajuste para reducir la abultadísima deuda que tiene, y que no para de crecer, superior al 132%. De hecho, de los más de 37.000 millones de euros de aumento de gasto, 22.000 millones pretenden financiarlos con un aumento de esa deuda.

Por otro lado, el Gobierno de Salvini quiere introducir la renta ciudadana, prometida en Campaña, de 780 euros mensuales para parados y personas sin recursos. Pretende hacerla llegar a seis millones de italianos. En ello, va a invertir 10.000 millones.

También quiere adelantar la edad de jubilación a 62 años, lo que, evidentemente, aumenta el gasto en pensiones o aplicar medidas para frenar el aumento del IVA. Además, pretende aprobar un impuesto único a ciudadanos y empresas de entre el 15 y el 20%; una especie de tarifa plana que supondría una reducción fiscal para los más ricos.