El comisario de Vallecas, Rodlfo Ruiz, sostiene que la conjura sobre el 11M le ha destrozado la vida y que se ha llevado por delante a su mujer.

El 11 de marzo de 2004 recibió una llamada por la noche en la que le advertían de que habían encontrado una mochila con explosivo sin activar, objeto que marcó una vía de investigación y que para él fue una verdadera pesadilla.

'El País' y 'Zoom News' recogen su historia. Cuando le dijeron que habían encontrado una bomba sin explotar, avisió a los Tedax y puso rumbo a la comisaría desde su casa. Al llegar, la mochila no estaba, los artificieros se la habían llevado para desactivarla.

Poco después, él fue nombrado jefe provincial de información de Madrid, un cargo con poca remuneración extra en el que pasaría meses. Diez meses después, durante una manifestación de la AVT de Madrid, se identifica a dos militantes del PP de Madrid como responsables de un incidente contra José Bono. Es el principio del calvario para Ruiz, que ordena la identificación de los populares. Ordena tomarles declaración y, pese a no estar presente, durante la identificación, días después se le acusa de retención ilegal y de falsificación de documentos.

Desde algunos medios de comunicación comienzan a señalarle como un delincuente y un asesino. Incluso Jiménez Losantos le acusa de haber colocado la mochila del 11M, le tachan incluso de colaborador de la masacre y le sientan en el banquillo de los acusados. Se enfrentó a cinco años de prisión y diez de inhabilitación, finalmente la Justicia ha demostrado que Ruiz sólo trabajó y cumplió con sus funciones.

Pasaron años de calumnias y linchamiento público hasta el punto en el que su mujer terminó quitándose la vida.