El exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, ha reaparecido ante los medios de comunicación en una entrevista en Negocios TV en la que ha analizado la situación económica de España. "Los mercados financieros (las bolsas) nos están indicando que la posibilidad de una recesión es muy creíble. es verdad que hay recesiones muchas y diversas, pueden durar poco o mucho. Y la política monetaria es un instrumento poco fino y puede generar una caída de la actividad. ¿Cuándo? Pronto. Y, ¿durante cuánto tiempo? Pues eso es una gran pregunta", ha alertado.

Sobre la subida del salario mínimo, Rato también ha mostrado sus reticencias. "Quizás lo ha hecho a unos ritmos demasiado intensos. Incrementar el SMI en tres años de una manera muy considerable es indudablemente una medida relativamente inflacionista. En un entorno de inflación del 0,5 puede no tener importancia, pero en un entorno de inflación del 10 tiene otra importancia. "El salario privado en España no es un salario inflacionista, otra cosa es que hallamos incrementado muy deprisa los salarios mínimos", ha insistido.

En Al Rojo Vivo, Jesús Maraña, director de Infolibre, ha respondido a estas apreciaciones de Rato. "Me parece obsceno que el señor Rato se dedique todavía a dar lecciones y que además critique las políticas económicas que han contribuido a mejorar los salarios más débiles", explica. "Este señor es fundamentalmente un exvicepresidente y un delincuente porque ya tiene alguna condena encima y otros procesos pendientes", añade. "La Fiscalía solo le pide unos 70 años de prisión", ironiza Antonio García Ferreras.

Rato también se ha referido a la gestión de los fondos europeos, asegurando que ve al Gobierno de España "menos eficiente" que el resto de los países de la UE. Así, Rato ha asegurado que la burocracia española "no responde" y ha advertido de que hay posibilidad de caer en "un error reputacional y económico si no fuéramos capaces de utilizar esos fondos europeos".

El exvicepresidente del Gobierno, que estuvo al frente de la cartera de Economía y alcanzó la dirección del Fondo Monetario Internacional y la de Bankia, se enfrenta a penas de prisión de entre cuatro y seis años por cada uno de los delitos contra la Hacienda Pública que se le atribuyen, seis años por blanqueo, y otros cuatro por corrupción en los negocios.