El Congreso ha dado luz verde al uso de las lenguas cooficiales en la Cámara en un pleno histórico en el que ya se ha podido escuchar por primera vez a parlamentarios hablando en euskera, catalán o gallego.

Un hito que ha valorado el analista político Pablo Simón en Al Rojo Vivo, donde ha tratado de desmontar las críticas a este hecho. "Nuestro país tiene territorios en los cuales hay otras lenguas que son coficiales y lo que se busca con este tipo de iniciativas es que los órganos que nos representan a todos permitan que haya diputados que puedan expresarse en sus lenguas".

Un hecho, ha dicho, que no es una novedad. Por ejemplo, ha explicado el caso de Canadá: "Es la única lengua oficial en Quebec pero se emplea en el conjunto de las instituciones a nivel estatal". "Lo que está haciendo es mostrar que estas personas también forman parte de la pluralidad y riqueza del Estado", ha añadido el experto.

En esta línea, ha 'desmontado' los dos argumentos principales de quienes rebaten esta medida: "El primero es el coste económico, pero es un argumento débil porque la democracia cuesta dinero, votar y los símbolos cuestan dinero".

El otro, ha dicho, es que esto no va a permitir trabajar en el Congreso de los Diputados. Un argumento, ha explicado, aún más débil: "Sabemos que cuando estos grupos vayan a registrar enmiendas, lo van a hacer en castellano. Cuando llegue el momento de trabajar todos sabemos que el PNVno va a registrar una proposición de ley en euskera, porque tiene que negociar con otros grupos que se manejan en castellano".