Las extrañas maniobras del consejero de Cristina Cifuentes. Centramos la historia. Todo ocurre en Hoyo de Manzares, una localidad madrileña donde el PP tenía mayoría absoluta la legislatura pasada.

En uno de sus plenos se vota en contra de la clasificación que daba como ganadora de una adjudicación a Dalkia, una empresa vinculada a Cofely, considerada como la gran compañía de la trama Púnica.

Y detrás de todo esto hay un nombre propio. El concejal popular Álvaro González del Castillo. Fue su voto el que echa para atrás la adjudicación. ¿Por qué? Muy sencillo. Advierte más de una irregularidad en la forma en la que se quería adjudicar ese contrato.

Un megacontrato más bien, de 4,7 millones de euros para 15 años. ¿Cuál es entonces el papel de Taboada? Poco después de que se celebrase ese pleno, el alcalde de Hoyo convoca un comité ejecutivo para analizar ese voto en contra y allí se presenta Taboada, entonces director general de cooperación con la Administración Local, con la intención de convencerles de lo bueno del contrato, de que la eficiencia energética es buena para el pueblo.

Coincidencias con la trama Púnica. Según el alcalde, Taboada se comprometió en el comité a "encargar una encuesta política y de intención de voto en el municipio". Algo que hacía Cofely para lograr adjudicaciones, según el juez.

El concejal que votó en contra de ese contrato describe a 'El Español' las enormes coincidencias que encontró cuando se destapo la trama púnica y el contrato que se quería aprobar en el pleno.