Desesperación y angustia por el hambre. Es la situación que viven actualmente muchas familias afganas. En un campo de desplazados a las afueras de Kabul, unas 500 familias esperan la llegada de alimentos. En las imágenes se observa cómo, ante el reparto de alimentos de una ONG, se producen empujones, golpes y gritos para lograr hacerse con un poco de pan.

Hay niños, mujeres y hombres que claman por un poco de alimento, metiendo incluso sus manos y parte del cuerpo dentro del camión de reparto. Algunos menores incluso son aplastados por la marabunta contra el cristal del vehículo.

Es el gran drama de Afganistán, la crisis humanitaria. Los productos básicos están absolutamente disparados y, según la ONU, 14 millones de afganos (de los 40 millones en total de población) tienen problemas para alimentarse y de momento, no hay solución sobre la mesa.

Sigue la escalada de violencia

Mientras, a escasas 24 horas de que EEUU abandone de forma definitiva el aeropuerto de Kabul, la ofensiva terrorista sigue en su escalada de violencia.

Durante esta madrugada varios cohetes han sido disparados contra el aeropuerto de la capital. Según medios nacionales, dichos proyectiles han sido lanzados desde el barrio de Khair Khana, y el objetivo principal era el aeródromo. Sin embargo, hasta ahora no hay informaciones de heridos o víctimas mortales, si bien hay informes de que los proyectiles han impactado en viviendas, según Ariana News.

Por otra parte, un funcionario estadounidense ha informado a la CNN de que hasta cinco cohetes fueron repelidos por el sistema de defensa del aeropuerto. Es decir, desde Defensa aseguran que han sido capaces de evitar buena parte de estos ataques, a priori perpetrados por el ISIS-K, filial del autodenominado Estado Islámico en Afganistán.