Mariúpol, "una zona sin ley"
Margaryta Yakovenko cuenta cómo es la vida en las zonas ocupadas: "Putin está exterminando todo rastro de lo ucraniano"
La periodista describe cómo es ahora el día a día en Mariúpol, bajo control de Moscú. Allí, explica, "no se cobran las pensiones", los ciudadanos "ya viven en rublos" y se está llevando a cabo un "lavado de cerebro" a los niños.
Las tropas rusas controlan ya el 20% de Ucrania. Lugares como la ciudad portuaria de Mariúpol, convertida en "una zona sin ley" donde "las personas viven secuestradas por un Gobierno que ha logrado conquistarles y se ha impuesto a base de bombas y muertos", según relata Margaryta Yakovenko en Al Rojo Vivo.
La periodista y escritora de origen ucraniano detalla que allí "no se cobran las pensiones" y los ciudadanos "ya viven en rublos": "La moneda ucraniana ha dejado de existir en esa zona", resume Yakovenko, que explica que su abuela lleva sin cobrar la pensión desde marzo y tampoco puede recibir dinero del exterior porque "los bancos rusos que hay en la zona no admiten transacciones".
Además, la escritora denuncia un "lavado de cerebro" a los niños de Mariúpol, explicando que los libros de texto que les están llegando "dicen que Ucrania tampoco existe". "Lo que está haciendo el presidente ruso con todo esto es exterminar completamente todo rastro de lo ucraniano que pueda quedar en ese territorio", resume.
Así las cosas, Yakovenko señala que la vida en la zona es una vida "sin ningún tipo de seguridad, ni siquiera seguridad de si vas a seguir vivo", en la que tampoco se pueden hacer llamadas al exterior y no hay acceso a la información por Internet ni en la televisión. "No hay nada del mundo occidental, está siendo borrado completamente", afirma.
Sus familiares, explica, han podido ver cómo ha quedado su casa pero no han podido regresar a porque "no hay condiciones para la vida en esa ciudad" en la que, además, es necesario un permiso del ejército ruso para entrar y salir. Un permiso que cambia "en unas horas" y por el que los soldados piden cantidades de dinero "desorbitadas", tal y como explica la autora en el vídeo que ilustra estas líneas.