Tras los más de seis días de revueltas en Barcelona por la encarcelación del rapero Pablo Hasél, muchos ciudadanos de la ciudad condal han mostrado su descontento con los disturbios, e incluso se han animado a plantarles cara a los que hacen actos vandálicos.

En este sentido, el programa Al Rojo Vivo ha recogido el testimonio de Mateo, un vecino de la zona de Pla de Palau que no pudo contener su rabia ante los destrozos: "Les dije que no hacía falta liarla así, sino que se podían hacer las cosas de una manera diferente", afirma.

El vecino muestra las ventanas de su vivienda, donde los manifestantes lanzaron "piedras, tijeras y latas de cerveza", entre otros objetos. Como indica, ninguno de estos objetos impactó en su cuerpo, pero su reacción se ha convertido en una de las imágenes de las últimas horas: "De la impotencia, me bajé los pantalones y les hice un calvo. Sé que es un gesto feo, pero por lo menos que se conciencien de que aquí vive gente mayor y trabajadora, y por vivir encima de un banco no tenemos por qué soportar esto", expresa.

Según indica, no ha presentado ninguna denuncia, y espera que el seguro cubra los desperfectos. Asimismo, insiste en su denuncia por lo que están viviendo: "Nosotros no somos los culpables de esto. Hay que tener respeto por la situación de cada uno. Queremos vivir tranquilos" sentencia.

Junto con esto, hay otros tantos vecinos que también han protagonizado ciertas disputas con los protestantes: "Me da igual que os manifestéis, pero dejad los putos contenedores, por favor", exclamaba uno, mientras que otro llama la atención ante la quema de objetos: "¿El fuego para qué? El fuego no hace falta", recrimina.