El director del Instituto de Estudios sobre Conflictos, Jesús Núñez Villaverde, no se ha mostrado optimista con respecto a la contraofensiva de Kiev, que ha permitido recuperar 3.000 kilómetros cuadrados a las tropas ucranianas expulsando a las tropas rusas.

"Supone un cambio de actitud defensiva a otra ofensiva", ha reconocido, aunque ha apuntado que la ganancia de 3.000 kilómetros cuadrados no es tanta si se tiene en cuenta que el territorio de Ucrania abarca 600.000 kilómetros cuadrados de extensión.

Gracias a la mejora del material armamentístico recibido, cada vez más sofisticado, también ha destacado el aspecto moral de la victoria. "Ha sido una encerrona brillante desde el punto de vista táctico. Anuncias una ofensiva en Jersón, pierdes la oportunidad de aprovechar la sorpresa. Han conseguido que Rusia, para intentar mantener sus posiciones, haya movido sus mejores unidades del frente del este hacia Jersón. Se han embolsado a ellos mismos", ha señalado.

Esto ha provocado un "efecto dominó", en el que las piezas van cayendo una detrás de otra debido a las "posiciones insostenibles" porque los efectivos desplegados no permiten la defensa de las zonas invadidas. A esto, señala Núñez Villaverde, hay que sumarle la "inoperancia" de los militares rusos.