Paula y María, dos voluntarias de la ONG SCI Madrid y GEGED, han decidido quedarse en Turquía para ayudar "porque hacen falta manos". Reconocen que muchos de sus voluntarios locales se han quedado sin casa. De hecho, han acogido a una familia con tres menores. La situación de las calles es "imponente", pues hay varios edificios derruidos y algunos están a punto de caerse con brechas y los suministros se han cortado.

"Hay familias que han decidido no volver a su casa por miedo y quedarse en la calle con hogueras a pasar la noche", ha señalado una de ellas. Del mismo modo, reconocen que se han habilitado polideportivos, mezquitas y restaurantes para acoger a aquellas familias que se han quedado sin casa, a pesar de que los suministros se han cortado y ya empieza a costar comprar agua en los negocios.