La devastación del terremotoque ha asolado la frontera entre Turquía y Siria se une en este último país a la provocada por el conflicto bélico en que continúa inmerso desde hace más de una década. "A la guerra le tienes que sumar este terremoto", resume desde Estambul Albert Naya, corresponsal de laSexta en Turquía.

Según recuerda, en el norte de Siria hay muchos desplazados internos y en la frontera "conviven en la parte turca miles de refugiados que han huido de Siria", muchos de los cuales "viven en construcciones que no siempre están en las mejores condiciones". Así las cosas, el brutal seísmo deja "centenares de muertos en el norte de Siria, donde la guerra sigue". "En esa zona tampoco está siendo nada fácil", resume el periodista en Al Rojo Vivo.

Un seísmo que agravará la crisis humanitaria

En este sentido, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha advertido este lunes de que el terremoto agravará aún más la crisis humanitaria en Siria: "Se trata de una catástrofe que agravará el sufrimiento de los sirios, que ya se enfrentan a una grave crisis humanitaria. Millones de personas ya se han visto obligadas a huir por la guerra en la región y ahora muchos más se verán desplazados por el desastre", indica la organización en un comunicado citado por Efe. "En medio de una tormenta invernal y una crisis del coste de la vida sin precedentes, es vital que no se deje a los sirios afrontar las consecuencias por sí solos", pide el NRC.

El terremoto ha golpeado el último bastión opositor de Siria y también zonas más alejadas en manos del Gobierno de Damasco. La provincia noroccidental de Idlib es considerada el último bastión opositor en Siria y está dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antiguamente denominada Frente al Nusra.

En Idlib y partes del norte de la vecina Alepo que también se escapan al control de Al Asad, residen 4,6 millones de personas, casi tres millones de ellas desplazadas por el conflicto armado iniciado en 2011 en el país árabe. Se prevé que estas zonas del noroeste del país sean las más afectadas por el terremoto debido a su cercanía al epicentro, si bien buena parte de su población vive en campamentos formados por tiendas de campaña, lo que podría haber salvado a parte de ella de ser aplastada en derrumbes.

"La situación es realmente mala", ha advertido por su parte Johan Mooij, representante en Siria de 'World Vision'. "Aquellos que viven en tiendas no se han visto afectados directamente porque las tiendas se pueden levantar, pero los que viven en edificios se han visto claramente afectados", ha alertado.

La climatología dificulta la llegada de ayuda

Por otra parte, Naya explica que "la climatología no ayuda" en la zona de Turquía afectada por el temblor, puesto que "las nevadas están inutilizando carreteras y algunos aeropuertos de la zona", complicando así la llegada de ayuda humanitaria. En esta época del año, explica, "el sur de Anatolia se tiñe de blanco", con nevadas, y bajas temperaturas, con lo cual, tras el derrumbe de numerosos edificios, "esta misma noche miles de personas no tendrán un techo donde dormir".

Al frío y la nieve se suman además los "fuertes vientos en esa zona", que han obligado a cerrar algunos aeropuertos de la zona devastada, mientras "miles de personas están esperando a que les llegue la ayuda", muchas de ellas atrapadas bajo los escombros.