La mitad de España se encuentra ya en la fase 1 de la desescalada mientras la otra mitad aguarda aún en la 0. Dos realidades que se dan cita en la localidad de Ventorros de Balerma, una pedanía dividida entre Granada, en fase 0, y Córdoba, ya en la 1.

Allí, una calle supone la diferencia entre poder reunirse con familiares y amigos en grupos de hasta 10 personas y tomarse un café en una terraza o no poder hacerlo. Lope Ruiz es el alcalde de Iznájar, el municipio cordobés al que pertenece una parte de Ventorros, mientras que la otra pertenece al granadino de Loja.

"La normativa se está aplicando con sentido común. Somos dos términos municipales distintos, dos provincias distintas pero al final se trata de una sola población", afirma Ruiz, que defiende que "lo lógico y lo razonable es que se apliquen las mismas normas".

"Las diferencias van a ser muy pocas, porque la gente tiene que seguir comprando en los comercios, independientemente de dónde estén, tienen que seguir cuidando a sus mayores", apunta el regidor.

Pero, ¿qué pasa si un vecino de la parte granadina quiere tomarse algo en la cafetería del pueblo, situada en el lado cordobés? "Nadie tiene por qué tener ningún problema. Se trata de una sola población aunque estemos en dos provincias distintas", sostiene Lope Ruiz.

"Ventorros de Balerma es una única población. Lo lógico y lo pragmático es que todos sus vecinos estén en la misma fase", concluye.