Los centenares de temporeros que viven en asentamientos chabolistas en Huelva, donde las condiciones de por sí son duras, han visto complicarse su situación aún más por la crisis del coronavirus. Sin agua corriente ni electricidad, allí además es prácticamente imposible mantener la distancia de seguridad para prevenir el contagio.
La asociación de Mame Mor, senegalés en Lepe, es una de las que intenta mejorar las condiciones de vida de los temporeros. "Desde que empezó el estado de alarma está dando mucha ayuda para que la población chabolista viva mejor, se proteja mejor, para que no se contaminen", explica.
"Estamos haciendo un reparto de guantes, mascarillas y pantallas de protección de cara, y de alimentos y productos higiénicos entre la población chabolista", agrega. Además, el Ayuntamiento de Lepe ha contratado un camión cisterna para llevar a cabo el reparto de agua.
Pese a estas medidas, los habitantes de estos asentamientos "están viviendo con mucho miedo" esta situación, apunta Mame. Respetar la distancia de seguridad entre ellos en las chabolas, advierte, es "muy difícil".
Hace solo unos meses, el campamento principal además sufrió un incendio, por lo que ahora el asentamiento está más disperso. Solo en la zona que aparece en el vídeo que acompaña estas líneas viven más de 300 personas, según Mame Mor. Los temporeros que viven allí aseguran que su situación sería más sencilla si tuvieran casas prefabricadas o acceso a viviendas sociales.
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