La única causa de que la compra y venta de viviendas haya caído significativamente no tiene que ver solo con la nueva ley hipotecaria. Así lo afirma Beatriz Toribio, que indica que "los efectos de esta ley todavía no se notan en las estadísticas ya que entró en vigor el 15 de junio".

Por ello, Toribio considera que el frenazo de la compraventa de viviendas "se da por una cierta desaceleración del mercado inmobiliario, a pesar de que esté dando datos positivos". Esta desaceleración es "consecuencia del contexto económico y del agotamiento en la demanda".

"A medio largo plazo veremos bajadas en el precio de la vivienda porque la demanda del particular no acaba de entrar", cuenta la experta. El problema ahora, dice, es que muchos promotores han comprado suelo a precio muy elevado, y eso se refleja en el precio final.

En este momento, se pide alrededor del 20% de ahorro del precio de la vivienda, una cifra a la que es difícil acceder tanto para jóvenes como para un ciudadano con un sueldo medio.