Ana Alarcón, gestora de programas de emprendimiento de Acción contra el Hambre, explica que más de 1.600 jóvenes de menos de 35 años cuentan con el programa que llevan a cabo desde la ONG para emprender.

Estas personas acuden a Acción contra el Hambre en busca de "una alternativa al mercado laboral que hay actualmente". Tienen desde un alto nivel de formación hasta niveles más bajos, y las razones por las que se animan a participar en el proyecto son derivadas de la situación económica actua.

"Las condiciones precarias, los bajos salarios, la alta temporalidad de los contratos... los jóvenes se desmontan porque van enlazando un contrato precario tras otro y hacen que se planteen poner en marcha sus propias iniciativas con sus propias condiciones", indica Alarcón.

Según explica, "hay un 20% de inserción" y "el 10% de los participantes acaba poniendo en marcha su propio negocio".

La vida del autónomo, sin embargo, tampoco es fácil. "Es bastante complicado y por ello se trabajan los programas para que las personas que emprendan lo haga con los menos riesgos posibles, bajo un proceso de acompañamiento y sabiendo que el negocio va a tener una probabilidad muy alta de salir adelante", cuenta la experta.