El juez Baltasar Garzón ha explicado en Al Rojo Vivo cómo vivió el coronavirus durante diez días de ingreso por la enfermedad. El magistrado no ha dudado en afirmar que fue "muy duro": "Estoy tratando de recuperar el tono habitual con limitación en los pulmones, en la capacidad... todavía tengo pruebas hasta septiembre para ver si son lesiones que mejoran o secuelas que ya quedan".

"Es bastante duro y se pasa mal, pero afortunadamente se pasa. Otros no lo han conseguido, y esa es la tristeza y la pena", ha añadido Garzón, que ha asegurado que en esos momentos se piensa "de todo, en todos y en uno mismo".

Ha contado que se está "totalmente aislado, no ves la cara de las personas que entran... lamentos, quejidos de otras habitaciones", ha afirmado el magistrado, que ha asegurado que oía a su compañero de habitación con quejidos diarios.

"Tenías alucinaciones y te quedaba una sensación de impotencia que no sabes cómo reaccionar", ha explicado Garzón, que ha asegurado que cuando tuvo la posibilidad de escuchar o ver noticias fue consciente de la incertidumbre sobre el virus.

"Al final dices 'confío en los periódicos y en el personal sanitario y vamos adelante'", ha asegurado Garzón, que ha explicado que era una sucesión de hechos que "no desea a nadie".

Llamada a la responsabilidad

Por eso, el magistrado ha querido advertir sobre la desescalada: "No hay una conciencia colectiva lo suficientemente extendida para ver que cualquier rebrote puede ser nefasto, la responsabilidad es fundamental".

Una conciencia colectiva que se puede ver en diversas partes del mundo. "Eso obedece a una reacción en contra del miedo que hemos tenido, es como cuando te dan salida de un espacio y corres desaforadamente sin saber donde vas", ha explicado Garzón, que ha asegurado que puede ser comprensible, pero no lo es que responsables políticos de la talla de Estados Unidos o Brasil tengan que ser requeridos por un juez para ponerse la mascarilla.

Crispación política

El magistrado también ha dado su opinión sobre el panorama político durante la pandemia. Una tensión vivida que ha catalogado como "tiempo muerto". "Son los segundos o los minutos que han pedido para estructurar estrategias, ojalá me equivoque y la responsabilidad se instale en los grupos políticos", ha añadido el juez.

Sin embargo, no ha dudado en criticar el manifiesto de Dolors Montserrat sobre el Estado español: "Es falso y nos perjudica a todos".

Sobre el apoyo del PP al decreto de la 'nueva normalidad'presentado hoy en el Congreso, Garzón ha defendido que esta es la postura que debería haber mantenido el grupo político durante toda la pandemia. "Deberíamos haber pensado juntos en lugar de darse golpes altos y bajos por todos los lados en el Parlamento", ha explicado Garzón, que ha asegurado que después de haber pasado una dolencia tan grave como esta "no comprendes esas actitudes".

"Es la pandemia de las querellas"

El magistrado ha asegurado que hay personas a las que respeta profundamente que han sufrido sus consecuencias, y "están en su derecho de ir a un abogado", pero éste tiene la obligación de "no lanzarse por el precipicio".

"Hay que estudiarlas y ver qué indicios y pruebas hay", ha explicado Garzón, que ha asegurado que es algo que se está haciendo por Vox: "Se querella contra cualquier persona que pase por la calle y sea de la ideología opuesta". "Yo lo que le pediría al Tribunal Supremo en lo que se refiere a estas querellas es que sea pedagógica. No vale con decir que no concurren en los delitos", ha explicado.

"Deben mostrar el camino y exigir responsabilidades ante una denuncia falsa porque es muy grave lo que tenemos", ha zanjado el magistrado.