"No hay nadie, ni próximo, ni lejano al mundo de la sanidad, que no sepa lo que es un virus y los destrozos que puede causar", así de tajante se manifiesta el doctor Santiago Moreno, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, que confía en que las lecciones aprendidas estas semanas "sirvan para delinear las conductas que tenemos que seguir manteniendo".

El doctor Moreno es uno de los 53.000 sanitarios españoles contagiados de coronavirus durante la pandemia. De hecho, fue diagnosticado tras visitar el plató de 'Al Rojo Vivo' el pasado 13 de marzo, cuando alertó sobre la dramática situación que estaban viviendo en Italia y pedía precauciones y ha contado este jueves en el programa su experiencia.

Comenzó a encontrarse cansado ese mismo día y, tras su intervención en el programa, se realizó una prueba PCR en el hospital que al día siguiente le confirmó que era positivo.

Lógicamente estaba cansado, pero estábamos en una semana especialmente intensa"

Santiago Moreno

"Yo estaba estupendo, al punto de que intentando rememorar cuando estuvimos aquí juntos y yo no me recordaba sintomático, lógicamente estaba cansado pero estábamos en una semana especialmente intensa porque estábamos preparando todo", relata.

El doctor Moreno que el coronavirus no era como pensaba:"Era una sensación rara en la cabeza pero no tenía ningún síntoma respiratorio ni fiebre". Al recibir el diagnóstico, Moreno cuenta que tuvo que marcharse a casa pero apunta que "se encontraba estupendo" y siguió trabajando aislado en su domicilio hasta que tres días más tarde comenzó a experimentar síntomas.

"Igual a una paliza"

Moreno asegura que nunca le han dado una paliza, pero sostiene que pasar el coronavirus "seguramente es como que te den una paliza", aunque destaca que no todos los pacientes tienen los mismos síntomas y que el espectro va de "los que son completamente asintomáticos hasta los que dominan fundamentalmente la sintomatología respiratoria y es el cuadro más fácil de identificar".

Pero apunta que luego está el grupo de pacientes que lo viven como lo vivió el propio doctor Moreno: "cansancio profundo, de no poder moverte, puede parecer una exageración, pero es que era así: abrir los ojos era costoso y la sensación era la gripe pero multiplicada por mil".

"La sensación era de una paliza por más que no sepas lo que es una paliza, pero debe ser eso: sentirse roto", insiste Moreno, que explica que con los pacientes habían aprendido la evolución de la infección y esperaba la llegada del sexto o séptimo día para encontrarse mejor.

Sin embargo, en ese punto él empezó a "ir cuesta abajo" y pocas horas después se trasladó al hospital, inicialmente le ingresaron en planta y aunque contemplaba la posibilidad de que le mandaran a casa, al día siguiente, el séptimo ya si fue trasladado a la UCI. "El séptimo día o te pones bien o empiezan a aparecer toda la reacción inflamatoria que daña los pulmones, más allá del daño del propio coronavirus".

También incide en que hay que tener en cuenta las características de los ingresados por la Covid, que pasan las 24 horas solos: "Cuando uno está malito siempre le consuela que vayan a verle la familia, los amigos", asegura y señala que la soledad de los pacientes con coronavirus solo es interrumpida cuando pasan los médicos, el personal de la limpieza y cuando te traen la comida y no te puedes comunicar.

Por eso, cuenta, se emocionó cuando fue consciente del detalle de llamar por teléfono a las familias de los ingresados que tuvo el personal sanitario para explicarles como evolucionaban sus seres queridos: "Para el ánimo fue salvador".