"No, bonita", así rebatía la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, que el feminismo sea un movimiento "de todas". "Nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista, del pensamiento socialista", alegó la ministra de Igualdad, suscitando las críticas de PP y Ciudadanos, que tacharon su postura de "sectaria" e incluso "rancia".

Sin embargo, Calvo no se retracta y defiende que el movimiento feminista "ha estado en el campo progresista siempre". "El movimiento feminista y el sindicalista son los únicos dos movimientos que contestan al capitalismo y al patriarcado desde hace 200 años", ha defendido.

"Yo soy feminista desde que tengo 15 años", ha añadido, "nunca he ido a una manifestación a favor de la interrupción voluntaria del embarazo, de la democracia paritaria o de todo lo que ha constituido el feminismo con mujeres de la derecha".

"El feminismo tiene una historia larga, una trayectoria, es un patrimonio que pertenece a un movimiento revolucionario que nadie puede borrar o negar", ha añadido.

"Hace no más de diez años ser feminista era prácticamente un insulto, pero ahora que el término ha sido aceptado, ¿la verdad de lo que ha significado ya no existe?", ha reprochado Calvo. "Dudo mucho que en el campo conversador estén dispuestos a poner en tela de juicio el patriarcado".

Para la ministra en funciones, "hay una historia muy larga detrás" de la lucha feminista, "un movimiento que ha estado en el campo progresista siempre". Algo que, a su juicio, "ya no se puede cambiar porque forma parte de la historia".

Además, en referencia a las negociaciones con Podemos, Carmen Calvo ha asegurado que "Pablo Iglesias está vetando la investidura" porque "el PSOE propone documentos y líneas de trabajo, pero él solo habla de cargos en el Consejo de Ministros".