Tras cinco días parados en el mar y a la espera de un puerto seguro, Anabel Montes, jefa de misión Proactiva Open Arms, explica que los 121 migrantes rescatados en el Mediterráneo están "expectantes" por las decisiones que se vayan tomando.

Los voluntarios "tratan de mantener las necesidades cubiertas y de darles compañía", pero "se empieza a notar el cansancio después del tránsito que han hecho arriesgando su vida en el agua". "Saben que llévanos cinco días parados y que no les dejan entrar en el puerto", asegura Montes.

Ahora mismo, el país más cercano al que se encuentra el buque de rescate es Italia, pero desde el Gobierno, asegura Montes, "no se han pronunciado sobre si pueden desembarcar o no". Sólo les han informado de la multa de un millón de euros a la que podrían hacer frente si entran en sus aguas jurisdiccionales.

Desde Open Arms, insisten: "No pedimos ningún favor, sino que se cumpla la normativa que los diferentes países han firmado a nivel internacional".

Mientras, en España, Valencia y Esukadi han ofrecido sus puertos para que puedan desembarcar, pero desde el Gobierno explica que la decisión debe de llegar desde la Comisión Europea.

"Si no hay una respuesta desde Italia y Malta, España debe interceder para que el desembarco tenga lugar. No pretendemos ir a España pero pedimos que intercedan", ha zanjado la jefa de misión.