El terremoto de magnitud 6,8 registrado en Marruecos ha tenido consecuencias devastadoras, con miles de muertos y heridos. La mayoría de las construcciones no han sobrevivido, sobre todo en la parte vieja de la ciudad y en los pueblos situados en zonas montañosas.

La principal razón por la que esto ha sucedido reside en que en estos puntos es donde se concentran las construcciones tradicionales de adobe. Este es el material de construcción más antiguo que existe. Alrededor del 30% de la población mundial vive en construcciones de tierra, especialmente las zonas pobres.

En concreto, se hacen con unidades de barro, arcilla y arena que se seca al sol. Unas construcciones que tienen aspectos positivos como que tienen un bajo coste, tienen buenas propiedades térmicas y acústicas, y son ecológicas.

Sin embargo, también cuentan con varios aspectos negativos. El primero de ellos es que son vulnerables a los efectos naturales como terremotos, lluvias e inundaciones. En concreto, la deficiencia sísmica de estas construcciones se debe al elevado peso de las estructuras, su baja resistencia y su comportamiento frágil.

Además, cuentan con otro problema: el polvo de adobe. Esto es uno de los factores que ha sido determinante para que muchas personas no puedan sobrevivir, y es que este material genera grandes nubes de polvo que, con la falta de oxígeno, tiene un resultado letal.