El Consejo de Ministros aprobaba este jueves nuevas medidas para garantizar laseguridad de los trabajadores ante episodios meteorológicos extremos. Aunque ya existe una ley de prevención de riesgos laborales, ahora esta se refuerza.

Ello, después de que el verano pasado fallecieran al menos tres trabajadores por golpes de calor en tan solo una semana, entre el 18 y el 24 de julio, el mes más cálido desde que hay registros: un operario de limpieza de 60 años en el barrio madrileño de Vallecas, un repartidor de folletos de 56 años y un trabajador de 58 años en una nave industrial.

Un verano mortífero por el calor, en el que el Instituto de Salud Carlos III registró un exceso de hasta 4.800 muertes atribuibles al calor, la mayoría gente mayor o con patologías previas, pero también trabajadores.

Ahora, la ley se modifica para prohibir el desarrollo de determinadas tareas durante fenómenos de calor extremo, siempre y cuando no se pueda garantizar de otro modo la proyección. Estas son las claves:

  • ¿Cuándo? En los momentos en que la AEMET declare alerta naranja o roja.
  • ¿Qué tareas están afectadas? Cualquier tarea, en función de sus características.
  • ¿En qué centros de trabajos? Todos los que tengan lugar al aire libre o que no estén cerrados del todo.
  • ¿Para qué trabajadores? Se valorará en función de las características personales, como la edad o las patologías previas.

¿Qué profesiones sufren más las altas temperaturas?

Cuando el calor aprieta, las personas que están expuestas al sol son las más afectadas, pero no solo. Obreros, jardineros, personal del servicio de limpieza, agricultores, repartidores y panaderos y cocineros son los que más sufren las consecuencias del calor.

¿Qué ocurre cuando nos enfrentamos a temperaturas extremas?

El cuerpo humano es capaz de tolerar muchas variaciones de temperatura, pero para hacerlo tiene que regularse. Nuestra temperatura interna oscila, de media, entre los 36ºC y los 37,5ºC. Cuando el ascenso de temperatura asciende de los 40ºC, bien por las temperaturas externas o por una fiebre, es cuando empiezan los problemas.

Mientras el cuerpo trabaja para enfriar nuestra temperatura, pueden aparecer algunos síntomas como espasmos musculares o agotamiento, y ese es el momento en el que debemos acudir a un centro sanitario para buscar ayuda. Y mientras tanto, mantenernos hidratados con agua para que las consecuencias no sean mayores.