Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de usar esta central nuclear, una de las más grandes del mundo y la mayor de Europa, como escudo y ambos países advierten de las terribles consecuencias que tendría un ataque sobre Zaporiyia.

"Los reactores están protegidos por muros de hormigón de hasta 10 metros y solo un bombardeo aéreo y selectivo podría romperlos. El problema es que en caso de haberlo, las consecuencias serían imprevisibles" y podrían multiplicarse por seis los devastadores efectos de Chernóbil, analiza el periodista Josué Coello en Al Rojo Vivo.

Los residuos radiactivos tienen menos seguridad y por tanto, mayor riesgo. Un ataque que impactara en ellos podría provocar un escape y la radiación alcanzaría una distancia mínima de entre 10 y 20 kilómetros.

La creciente actividad militar desarrollada en los alrededores de la central, ubicada en la ciudad ucraniana de Energodar, ya han hecho saltar todas las alarmas de los expertos, pues "en caso de producirse, las consecuencias para Europa serían impensables", advierte Coello.