La jueza ha levantado parte del secreto de sumario de la investigación en torno a lo sucedido después de que la victoria de la selección española en Australia quedase empañada por el beso que le dio Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol en aquel entonces, a la capitana del equipo Jennifer Hermosa.
laSexta ha tenido acceso al duro escrito de la Fiscalía en el que además de dejar claro que Rubiales "le sujetó la cabeza y sin consentimiento besó a Jenni Hermoso", relata las presiones que sufrió la jugadora para que asegurara haber sido besada con consentimiento.
En un primer momento, dice el escrito del Ministerio Público, desde la RFEF se comenzó a "ejercer actos constantes y reiterados de presión directamente sobre la jugadora (...) sufriendo Jennifer una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente".
Estas presiones comenzaron "un momento inmediatamente posterior a la entrega de medallas" en el vestuario cuando "Rubiales instó a la jugadora para que llevara a cabo una declaración pública acerca de la aceptación parte del beso recibido", reza el escrito.
Y continuan cuando a Hermoso "se le obligó a bajar precipitadamente" del autobús en el que viajaba junto a sus compañeros con el objetivo de que "suscribiera una nota de prensa redactada por el equipo de comunicación de la RFEF (...) y en la que Jeniffer Hermoso Fuentes no había tenido ninguna intervención".
También "en el vuelo de regreso de Australia a España" la capitana de la selección fue hostigada "para que accediese a hacer una manifestación pública conjunta" con Rubiales en el que se afirmaría "que el beso había sido consentido".
Ante la negativa de Hermoso, Rubiales cambió de estrategia y usó a sus hombres de confianza para continuar con las presiones y lograr su objetivo. Los elegidos fueron el entrenador del equipo femenino Jorge Vilda, el director deportivo de la selección, el exfutbolista Alberto Luque, así como el director del departemos de marketing de la Federación, Rubén Rivera.
Vilda por su parte se puso en contacto con el hermano de la futbolista para presionarle. Mientras que Rivera y Luque llegaron a viajar a Ibiza, donde se encontraban las jugadores celebrando la victoria de la selección femenina de fútbol que quedó empañada por ese beso que la Fiscalía ha considerado que fue sin consentimiento.
También Luque y a través de mensajes de Whatsapp a una amiga de la jugadora, le ofreció un cargo en la RFEF. En esta misma conversación el exfutbolista calificaba a Hermoso de mala persona y le deseaba que se quedara sola. Todo ello, considera la Fiscalía que provocó ansiedad e intenso estrés a la jugadora.
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