Hizbulá ha pasado de un equipamiento de guerrilla a un armamento sofisticado que cuenta con el apoyo de Irán como proveedor de armas. Su arsenal de cohetes, drones y misiles de diferentes calibres lo convierte en un auténtico arsenal propio de un ejército de Estado.
Su vehículos de blindaje y sistemas de defensa aérea son su última incorporación, según publicaron ellos mismos en redes sociales. También tienen sistemas de defensa, en el rastreo y vigilancia. Este es el caso de Alborz, con un alcance de 450 kilómetros y un rastreo de 300 objetivos a la vez. Del mismo modo, cuentan con antimisiles, como Khordad.