Los hechos acontecieron el 28 de marzo de 1993 en Montreal, Canadá. Marcel un joven escultor perdió la cabeza al enamorarse locamente de la escultura que estaba realizando. No se le ocurrió otra feliz idea que penetrarla. Cuando terminó el acto, no podía sacar su miembro, en el forcejeo se le cayó encima provocándole la muerte. Todos los detalles de esta peculiar forma de morir en este vídeo
"Hay que estar hecho de una pasta especial"
Gonzalo Miró, sobre el encuentro entre Ayuso y Sánchez: "Me costaría mucho saludarme con alguien con quien estoy insultándome permanentemente"
La presidenta de la Comunidad de Madrid y el presidente del Gobierno se han reencontrado en la Conferencia de Presidentes de Santander, tras casi tres años sin reunirse.